Marzo es un mes de conmemoración a la mujer, hace tiempo se viene trabajando a nivel social y cultural para lograr revalidar todos nuestros derechos y es súper salugénico por donde se lo mire.
Pero hablemos de nuestro propio código interno, ese que viene impreso en nuestras células, en la genética y en la herencia emocional de nuestras ancestras, cuántos dolores acumulamos, ¿sólo son los nuestros? O tal vez venimos con un cúmulo de memorias para sanar.
Esas heridas llenas de historias también te conforman y solo el trabajo interno de hacerlos conscientes te abrirá nuevas puertas a viejos caminos.
Haciéndote cargo y querer cortar viejos patrones te darán libertad y la posibilidad de salvarte y cambiar tu clan femenino.
Por eso mismo acéptate tal cual eres, mírate sin prejuicios, acaricia tu cuerpo, honra tu vida, enamórate de todo lo que has construido, tienes la mágica esencia de pertenecer al mundo femenino, puedes dar vida y si no quieres ser madre también es respetado.
Eres un maravilloso milagro que cada día tiene una nueva oportunidad para desplegarse en su máxima expresión.
No dejes que nadie te limite, cree en ti, en tus metas y trabaja para ellas, confía en tu intuición femenina, no le des crédito al miedo, rodéate de actividades, alimentos, personas y experiencias que te ayuden a evolucionar, no temas en decir NO quiero porque en definitiva si lo haces solo acumulas represión y dolor a tu cuerpo y a tu vida, vibra bonito.
Perdona a tu madre o abuelas si crees que no hicieron las cosas como vos las hubieras hecho, hicieron lo que pudieron, ámalas y hónralas porque te dejaron un lindo trabajo y camino a recorrer, el de sanar y no vivir solo para pasar un día más de vida.
Reflexiona que ser mujer es una oportunidad exquisita en un mundo donde sanar tu linaje femenino es una oportunidad llena de gratitud frente a tu propia vida y para todas las otras mujeres que forman parte de tu bello mundo. NAMASTE