La palabra sánscrita KARMA deriva de la raíz verbal KRY (acción-hacer) y se corresponde con el principio o ley universal de acción y su reacción o consecuencia de la acción.
El resultado de nuestra acción es llamado karma, no es la ley de la venganza si no de compensaciones.
Me gustaría compartir una bella frase de Nisargadatta Maharaj que dice: «El rumbo que toman las cosas no está en tu poder, pero sí la motivación de tus actos».
Ahora pensemos en nuestra vida, y más precisamente en esa experiencia que repites o tal vez la vives desde el sufrimiento, esa que te preguntas ¿por qué a mí?, ¿cómo la estas transitando?, desde el miedo y la culpa o desde una mirada amorosa sin juzgarte ni juzgar al otro.
Los actos que muestres y ofrezcas a esa situación serán el ahorro del karma que vas construyendo para tu vida.
Por lo tanto es muy importante acercarse al perdón y la benevolencia, aun cuando tu mente ego te dice que ya es tarde o para qué perdonar ahora, es como estarías desacreditándote tanto tiempo de sufrimiento y enojos, pero recuerda que es justamente allí en esas emociones tan bajas y oscuras donde se acumula todo el lodo y el óxido para un nuevo karma.
Las dos fuerzas más integradoras para enfrentar el karma son: EL SABER y EL AMOR.
Desde la fuente del amor reinicio mi día, mi propia vida y la manera en la que hago mi vínculo con el otro, aunque ese otro sea aun totalmente fastidioso para mí, es una elección personal que limpia y colabora con mi proceso de sanación álmica, mientras más amor le ponga a una situación menos protagonismo tiene un ego en desequilibrio.
Mientras que el saber se refiere al autoconocimiento, al componente universal que nos contiene y que olvidamos con facilidad, a saber y recordar quienes somos, leer, buscar e interesarte por los caminos que te regresan a tu centro.
El karma que generamos en esta vida nos permite corregir el de nuestro pasado y generar un nuevo destino, entonces te pregunto ¿cómo quieres que se manifieste tu vida? Toma nota de tus acciones y proponte a mejorar o cambiar aquellas que no vibren desde el amor, es la gran inversión a tu alma.
Tienes y cuentas con el libre albedrío, nadie puede hacer por vos lo que es y quieres para tu presente, pero recuerda que cada acción que hoy piensas o haces repercute en tu eternidad.