Nuestra imagen no es solo estética, es otro canal para comunicarnos. Como herramienta de comunicación debemos saber qué estamos transmitiendo y qué debemos dominar para utilizarla eficazmente.
Imagen externa, expresión y saber estar son tres puntos esenciales de nuestra imagen.
Hablemos de nuestra imagen externa, el código menos conocido, a veces tildado de frívolo y devaluado como herramienta de comunicación. Nuestra imagen externa debe reflejar nuestra personalidad, para ello debemos gestionarla de modo tal que nos ayude a proyectar los valores que queremos transmitir.
Tene en cuenta estas seis claves:
1- Aceptación: conocernos y aceptarnos. Un paso primordial.
2- Conocer e identificar nuestras formas. Lo que nos permitirá elegir las piezas que más nos favorezcan, acordes a nuestra tipología física y facial, eligiendo el corte de cabello más adecuado, accesorios y complementos.
3- Estilo: nuestro estilo debe ajustarse a nuestra manera de ser y alinearse también a la imagen que quiero proyectar profesionalmente.
4- Uso del color: más allá de las tendencias y los gustos personales debemos tener en cuenta la gama de color que nos favorece de acuerdo a nuestros colores naturales.
5- Actitud: ser fieles a nosotros mismos y actuar con naturalidad.
6- Coherencia: la más importante de todas.
Potenciar tu estilo en el vestir no es algo superficial. Es hacer visible tu forma de ser, tus gustos y personalidad.
Si en tu día a día debes llevar uniforme, hay que integrarlo. Observar formas y volúmenes, integrándolo a tu silueta y complementar con el peinado y los colores adecuados en maquillaje y accesorios.
Tu estilo al vestir debe reflejar tu identidad, brindarte comodidad y seguridad en cualquier entorno y actividad, sea personal o profesional.