El director Alex Rodrigo que trabajó en diversos episodios en una de las series más comentadas de este año “La Casa de Papel”, dialogó con nosotros en exclusiva desde Zaragoza mientras prepara otros proyectos.
¿Cómo recordas la experiencia en “La Casa de Papel”?
La experiencia ha sido un reto con mayúsculas. La combinación de thriller, comedia negra y drama intimista es un estímulo creativo enorme como director. Un reparto de excelentes actores. Esto sumado al ritmo frenético y la coralidad de los protagonistas. Muy difícil y muy jugoso.
¿Qué análisis haces sobre los guiones y la historia de la serie? ¿Por qué crees que gusto tanto en todo el mundo?
Creo que La Casa de Papel, desde un país con no demasiada relevancia internacional como es España, ofrece una historia universal. Personajes oprimidos en un sistema económico hostil se empoderan y cometen una locura que puede acabar con sus vidas. La indignación visceral se sitúa por encima de la razón lógica, y eso a nivel dramático es muy poderoso.
Desde «Vis a Vis», el equipo de guionistas y directores disfrutamos desarrollando historias con ambigüedad moral: ya no hay buenos y malos, el espectador debe agarrarse a nuevos elementos para acompañar a los protagonistas en la historia. Y eso es precioso a nivel creativo.
La serie tiene un gran reparto ¿Cómo fue el trabajo con los actores?
Ha sido increíble contar con un reparto de altísimo nivel y tan coral. Con cada uno de ellos trabajaba de una forma: a algunos los dirigía con palabras, otros con imágenes mentales o incluso música. Creábamos pequeñas improvisaciones en los ensayos para catapultar la energía, las emociones y enfrentarnos a las escenas, moldeábamos detalles del personaje, hablábamos muchísimo de la psicología de cada uno… y te digo CON CADA UNO, que eran muchísimos. El puzzle que hemos conseguido componer ha sido un parto muy largo, pero el bebé quedó precioso.
Cuando te pusiste a dirigir ¿qué desafíos encontraste?
Desafíos… todos. Nunca se había hecho una serie así en España. No había referentes, y los buscamos en todas partes: Reservoir Dogs, V de Vendetta, Ocean´s Eleven… Pero siempre llevado a la realidad social española.
Desde Denver hasta Raquel, nuestros personajes tienen un alma que se entiende en todo el mundo pero nacen de la sociedad española. Esto, además de la mezcla de tonos que mencionaba antes, era el gran desafío. Siempre se habla de «enganchar al espectador desde el primer minuto», pero si te obsesionas con eso, seguramente falles en crear algo con identidad y alma propia. No se puede empezar la casa por el techo.
¿En qué te encontras trabajando en este momento?
Desde que acabé La Casa de Papel he estado trabajando como guionista en dos proyectos de serie (un thriller político y una comedia dramática). Ahora estoy dirigiendo, junto con Jesús Colmenar, la nueva serie de Vancouver Media para Movistar Plus: una historia que reflexiona sobre las falsas certezas que se nos han vendido a la hora de construir relaciones sentimentales. Estamos planteando un estilo visual mucho más indie, radicalmente opuesto a La Casa de Papel, intentando crear lenguaje de cero, y disfrutando como niños pequeños con un juguete nuevo.