Muchas mujeres llegan a la consulta llenas de interrogantes, con el común denominador de alguna dolencia física, la cual defino como su órgano de choque emocional, el que expresa una y tantas veces que hay cosas por revisar y resolver. Algunas patologías ya declaradas como crónicas, la paciente la naturaliza y se acostumbra a no seguir indagando más adentro de sí misma el origen de su malestar.
El bienestar físico, viene acompañado del emocional, el cual es importante atender a tiempo a fin de prevenir cuadros físicos importantes y depresiones mayores. Trabajar sobre el bienestar emocional implica, escucharse, sincerarse y ocuparse de una misma. Darse un tiempo para saber qué cosas necesitas cambiar, incorporar y darle lugar al disfrute, la alegría y desarrollar una pasión.
No podemos vivir solo por vivir y dejar que la vida se pase sin dejar una huella de alegría y amor por esta vida, es importante que encuentren un espacio donde puedan ser auténticas y reales con sus fortalezas y defectos.
Veo sufrir mucho a la mujer por querer ser exigente y cumplir con todas sus obligaciones y complacer a todos los otros que la rodean, pero te has preguntado ¿Qué calificación te pondrías en tu disfrute personal? Comienza por pensar que puedes hacerlo, cambia tu rutina, marca un horario que te pertenezca y vívelo sin culpa.
El bienestar emocional requiere que se trabajen tres aspectos muy importantes, una sana autoestima, aprender a disfrutar sin culpas y lograr delegar lo que ya no puedes hacer más sola. De nada te sirve que te llenes de cosas, si vas a vivir renegando y con malestar, es preferible aprender a decir NO a tiempo y dejar fluir ese llamado hacia lo que te apasione.
La meditación, los decretos positivos semanales, la constancia en invertir en un sueño propio todos los días un poco a largo plazo crea realidades magníficas. Recuerda tú tienes el poder de construir un mundo emocional salugénico, y nunca dejes que nadie ni nada contamine con su toxicidad tu interior. TU PUEDES!