A orillas del Danubio, durante siglos, convivieron y florecieron tres ciudades: Buda, la sede real, Pest, en vigoroso desarrollo desde el siglo XIX, y Óbuda, un poco soñolienta, pero campechana, famosa por sus restaurantes y sus habitantes.
Ya estaba habitada en los tiempos del Imperio Romano, pero, posteriormente, fue destruida por las hordas otomanas y los cañones austriacos. El desarrollo de la ciudad cobró impulso por primera vez en la época de las reformas, cuando se construyó, entre otros, el Museo Nacional de Hungría y el majestuoso Puente de Cadenas. Finalmente, en 1873, las tres ciudades se fusionaron, adquiriendo un desarrollo acelerado casi sin precedentes en Europa. El período anterior a la Primera Guerra Mundial transcurrió en el espíritu de la Belle Époque, de «los tiempos felices de paz». Se construyeron los parques de la ciudad, la elegante avenida Andrássy y el Teatro de la Ópera. Para el aniversario del milenio de la fundación del Estado Húngaro, culminaron las obras del segundo tren subterráneo de Europa.
Ambos lados del Danubio fueron unidos con otros puentes además del Puente de Cadenas y, con un enorme costo de trabajo, también se construyó el edificio del Parlamento. Según los viajeros extranjeros, la ciudad entonces aparentaba que todo el mundo pasaba la vida en los salones de café. Las salas de conciertos de la ciudad se llenaban noche tras noche, a las recién construidas estaciones ferroviarias llegaban a los nuevos habitantes de Budapest, los suburbios se encargaban de la gran producción industrial. El siglo XX no fue venturoso para la ciudad: muchos de sus habitantes perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial y en la Revolución de 1956.
Gran parte de los edificios fueron destruidos, pero la ciudad, de manera casi milagrosa, se puso en pie. Cierto es que en algunos muros de las casas de Pest aún se pueden ver las huellas de los proyectiles que nos recuerdan las contiendas. Uno de los principales problemas de Budapest radica en su diversidad arquitectónica realmente única: las casas del Barrio del Castillo se construyeron principalmente en la época barroca, la imagen del centro de Pest está determinada por las casas multifamiliares eclécticas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y edificios modernos de estilo Art Nouveau; pero por toda la ciudad también podemos descubrir el pasado romano, recuerdos medievales otomanos o huellas de la llamada arquitectura socreal [Stalinbarroco] del siglo XX. Fascinante amalgama, como los programas culturales que ofrece la ciudad.
Una ciudad única
Aquí podrás pasear a orillas del Danubio, perderte por sus mercados, ver el Parlamento más bonito de Europa y celebrar en los ruin pubs, unos locales súper curiosos y coloridos donde se puede beber cerveza muy económica. Y si necesitas algo de relax, no te preocupes, porque Budapest está preparada también para ello: en la ciudad hay varios baños termales (aprox 20€) que te dejarán como nuevo!
Aunque el mejor plan de todos es gratis: subir al Bastión de los Pescadores y disfrutar del atardecer con vistas al Danubio. Solo hay un riesgo: quedarse embelesado de la ciudad y ¡querer trasladarse a vivir aquí!
IMPERDIBLES
1- Bastión de los Pescadores
Uno de los lugares más lindos de Budapest (Halászbástya, en húngaro), ofrece una de las vistas más espectaculares de toda la ciudad. Está situado en la colina de Buda y después de casi 20 años de construcción, finalmente fue abierto al público en 1902. Su nombre es un homenaje a los pescadores que durante la Edad Media defendieron este lugar de los diferentes ataques.
2- Isla Margarita
Este lugar es el pulmón de Budapest. Posee 2.500 metros de longitud donde encontramos un zoo, un parque acuático y las ruinas de una antigua iglesia. Una de las cosas que más destaca en la isla es la torre del agua con forma octogonal, convertida hoy en día en un restaurante desde donde lo más alto se puede observar la ciudad desde una considerable altura.
3- Colina Gellért
Con una altura de 235 metros ofrece una vista inigualable del Danubio. Su nombre tiene como origen la muerte del obispo Gerardo Sagredo, quien fue asesinado en el siglo XI por un grupo de paganos. Imperdible la Estatua de la Libertad que corona este monte, levantada como recuerdo de la conquista soviética de Hungría durante la Segunda Guerra Mundial.
4- Mercado Central
El Mercado Central de Budapest tiene muchísimos pequeños puestos que poseen gran variedad de comida tradicional húngara y recuerdos para llevar. Durante la Segunda Guerra Mundial el edificio estuvo gravemente afectado y a principios de los ´90 se declaró en ruinas. Posteriormente fue restaurado y hoy en día es un lugar imprescindible a visitar.
5- Parlamento de Budapest
El Parlamento de Budapest es quizá el principal icono y más impresionante edificio de la capital húngara. Después del parlamento de Bucarest y Buenos Aires, el de Budapest es el tercero más grande en dimensiones del mundo con esta función. Su fecha de construcción data de entre 1884 y 1902 y como dato curioso y reflejo de su magnitud hay que decir que cuenta con 691 estancias.
6- Váci Utca y Avenida Andrássy
Váci Utca y la Avenida Andrássy son las dos principales vías de Budapest. Váci Utca es la calle paralela al río Danubio. Antiguamente contaba con una muralla que marcaba desde aquí los límites de la ciudad. Hoy en día está llena de centros comerciales, restaurantes y diferentes tipos de locales que llaman la atención tanto para turistas como para sus habitantes.
La Avenida Andrássy une dos importantes plazas: la Plaza de los Héroes y la Plaza Erzsébet. Se levantó en 1872 y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a la belleza de las fachadas que forman la avenida. Además de restaurantes y tiendas de lujo, en la Avenida Andrássy se encuentra la Ópera, otro de los monumentos imprescindibles que ver en Budapest.
7- Relajarte en sus termas
Budapest es la nombrada Ciudad de los Balnearios, un título más que merecido ya que cuenta con casi 120 manantiales de aguas con temperaturas comprendidas entre los 20ºC y 80ºC. Hay muchos balnearios para elegir, pero antes de ir a uno infórmate si es mixto o solo para hombres o mujeres.
8- Atravesar el Puente de las Cadenas
Uno de los puentes más antiguos que unen Buda con Pest es el Puente de las Cadenas, un puente colgante que en su momento de la inauguración se colocó entre los más largos del mundo.
9- Centro Memorial del Holocausto
Uno de los museos más sobrecogedores de Budapest es el Holocaust Memorial Center. Prepárate para conocer entre sus diferentes instalaciones interactivas un pedazo de la historia dramática del país sobre los judíos en Hungría desde las primeras persecuciones anterior a la Segunda Guerra Mundial hasta las matanzas en campos de concentración como los de Auschwitz-Birkenau.
10- Salir por la Budapest hipster: District VII
El Distrito VII es el punto de referencia para todo hipster que visite Budapest. Tiendas con diseños exclusivos, cervezas artesanales y puestos de street food se pueden encontrar por cada una de sus calles. Pero con toda la seguridad el gran reclamo son los Ruins Bars, bares situados en el interior de edificios antiguos y de aspecto un tanto en ruinas (tal y como su apodo anima) que se llenan de buen ambiente joven y alternativo donde disfrutar de una cerveza, vino húngaro o chupitos de Palinka (licor húngaro), quizá recordando un poco al estilo de algunos de los barrios de Berlín. Uno de los bares más conocidos sobre todo por los turistas es el Szimpla Kert (Kazinczy utca 14), contando con una programación de conciertos, cine, mercados de diferente índole.