Último mes del año, época de celebraciones y de balances. Otro año compartido desde este espacio. Y más que con tips sobre cómo vestir en las fiestas o en las vacaciones se me ocurre despedir el 2018 con un poco de reflexión y balance.
La Imagen Personal, parece algo superficial, pero podemos encontrar en ella toda la profundidad que deseemos. De hecho, en los años de acompañar en este proceso y de enseñar y formar nuevos profesionales, descubro cada vez más el vínculo interno y profundo de esta profesión.
Podemos sí, trabajar la imagen desde la armonía de formas y colores, buscando un ideal estético. Pero nos perdemos de profundizar en lo mucho más que tiene esta herramienta para ofrecernos si sólo nos enfocamos en acercarnos a un cannon de belleza, en ajustar nuestra impronta personal a parámetros correctos, disimular defectos y destacar virtudes.
Y me detengo aquí: Defectos, inestetismos, palabras que aprendemos en los primeros años de formación y cada vez me hacen más ruido. Aceptarlas implica que algo está mal en la persona, y partir de esa base puede implicar además el refuerzo de una incomodidad o hasta un trauma personal con el cuerpo. Aprender a aceptar el cuerpo que tenemos y el cuerpo con que trabajamos, es un ejercicio tanto para asesor como para cliente.
A veces sentimos que todos los reflectores apuntan a nuestro “inestetismo” y corremos a taparlo o podemos reaccionar, al contrario con un Si, aquí está, y qué! Podemos sentirnos solas, las únicas que tienen este “defecto”. Los demás no tienen panza, los demás no tienen estas “chichas” o este “salero”. Los demás se ven fantásticos en IG, saben vestir y están espléndidos. Pero la realidad es que todos tenemos nuestras batallas propias, y con más o menos herramientas las libramos cada día.
¿Cómo es tu relación con tu imagen?, ¿cómo te trato el espejo este 2018? Y vos, ¿cómo lo trataste? Porque en todo hay un ida y vuelta!
Y como después del balance viene otro clásico de cara al nuevo año, pasemos a las resoluciones. Cierra el ciclo y proyectamos lo que deseemos para el nuevo cuaderno en blanco que se abre el 1 de enero.
¿Qué te gustaría cambiar en 2019?, ¿qué podés hacer para conectar con tu cuerpo, con tu imagen, con tu estilo? Porque la imagen es el reflejo externo de quien sos, cómo te tratas, cómo te sentís, qué queres expresar y si profundizamos un poco más, tu historia, tus dolores y tus alegrías hablan en ella también (por eso trabajarla para mí es un ejercicio integral).
Te propongo para este 2019 abrir una página dedicada a vos, proponer quién queres ser en 2019 y dedicar un espacio en la agenda desde el momento cero, comprometido con vos. Un camino de miguitas para que este momento en el próximo año nos encuentre mucho más auténticas, con menos filtros de IG y con el brillo que da reconocerte en el espejo como tu mejor versión.