Es como que siempre siento que se puede ir por más. Al principio pensar así me sonaba a perfección y exigencia. Hoy, sé que se trata de poder. Pero el poder como posibilidad de acción. Como combustible para seguir. Brasa para encender. Impronta para construir. Poder de hacer con sentido. De animarse. De equivocarse, y seguir. Y lo veo en cada mujer que se me acerca. Ella a veces no lo nota, pero a mi mirada optimista no se le escapa. Y así ando por la vida, fluyendo desde mi propósito y soñando con despertar con mí hacer, el potencial de las personas. No, no es magia. Es confianza en el otro. Y creeme, amiga, que cuando sentís que confían en vos, nadie te para.
Y como nadie da lo que no tiene, como dicen por ahí, me pasa que también necesito que confíen en mí. Y así ando, construyendo nuevas relaciones, soltando otras, retomando antiguas… Y así me pasa, que no siempre es como elegiría. Y ahí aparece el aprendizaje. Enojos, disgustos, alegría, dudas, diversión, incertidumbre, desconfiar y volver a confiar… Y de nuevo elegir apostar.
Y en eso ando. Apostando de nuevo. Armando equipo. Confiando en que el otro tiene mucho que enseñarme, y también aprender de mí. Me vas a ver entonces en varios proyectos y desafíos, y siempre rodeada de gente.
La semana pasada tuve la linda sensación de que me la “quería creer más.” No, no es ego. Tampoco falsa modestia. Es lo que me digo cuando sienta que no doy más. Porque seguro te pasa: un día sos la súper heroína que todo lo puede, y al siguiente quisieras sólo recostarte en los brazos de alguien más y descansar en ellos… Tuve la posibilidad de trabajar con un gran equipo de mujeres bien power, encabezado por una gran líder de quien aprendo todos los días, en las buenas y en las malas. Y se sintió tan bien estar en comunidad repartiendo sueños y esfuerzos!
Aprendí el valor de la diversidad, la infinita capacidad de hacer con y por otros que tenemos las mujeres, y la importancia de sentir que pertenecés o formás parte de algo que te trasciende, que es más grande que vos misma. Lloré al darme cuenta que había decisiones duras que tomar. Y acompañada lo hice. Y lo más valioso, es que me dí cuenta, que soy a partir del aporte que significó para mi mundo. Ese que sólo va a mejorar si te la creés. Si te la creés BIEN FUERTE.
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