Dicen que la mejor forma de predecir el camino, es crearlo. Me gusta pensar que este año lo comprendí. Finalmente, y repasando hacia atrás, pude observarme como protagonista de lo que se hizo, y también de lo que no. Se acerca fin de año, y para quienes siguen al pie de la letra el año calendario, se acerca también la época de balances. Jugamos a rendirnos cuenta de metas alcanzadas u objetivos frustrados, muchas veces para disfrutar de lo logrado, la mayoría de ellas, para “castigarnos” por lo pendiente o desilusionarnos por haberlo hecho, pero no como hubiéramos querido.
En esa instancia ya vuelve a mí una palabra que escucho en cada conversación, en cada encuentro con otras personas: “es que soy muy exigente” “podría haberlo hecho mejor”, “no salió como esperaba”.
Si yo lo hubiera escuchado hace un tiempo atrás, me hubiera sentido más que identificada. A mí siempre me faltaba algo para considerarlo “perfecto.” Era mi peor crítico, esa sombra que sólo te marca el error. En el camino de la perfección y la exigencia, el DISFRUTE no tiene cabida. La sana autoestima tampoco. Y la confianza en uno mismo, ese ingrediente necesario que te avisa que lo hagas, que te animes, es muda e invisible. Si te pasa algo como esto, podés jugártela y transformarte. No se trata de que cambies de camino. Podés revisar la manera de recorrerlo… y para ello, te regalo una palabra mágica: EXCELENCIA.
Cuando actuás desde la excelencia, estás dando lo mejor de vos, en el momento en el que estás, y con los recursos que en ese preciso instante tenés. Si elegís juzgar desde ahí, quiero que sepas que también estás eligiendo valorarte. Estás autorreconociendo tus avances y tus logros, y te das cuenta de la importancia de hacer, paso a paso. Cuando el anhelo de (falsa) perfección se diluye, aparece el disfrute y la satisfacción por lo intentado.
Particularmente ya no uso el año calendario para todas mis metas. Es como raro usar algo preestablecido que se ajuste por ejemplo, a mis ansias de crecimiento personal. Sí elijo seguir haciendo, y este año puedo decir que aprendí lo que significa hacer CON VALOR. Si tus metas tienen sentido, si impactan de alguna manera en algo más grande que vos misma, creéme que el único tiempo válido es ése que es mágico, que hace que las cosas sucedan, cuando tienen que suceder y tal cual como ocurrieron.
¿Cuánto vale en tu vida este año que se va?