La primera imagen es la que cuenta, la imagen es nuestra carta de presentación…
Afirmaciones ciertas, sin duda, que hablan de nuestra imagen como forma de proyectarnos. Sin embargo hoy en esta guía de estilo me gustaría que hablemos de vestir para nosotros.
El conocernos es pilar fundamental del estilo personal y si queremos comunicar quién somos y proyectarnos adecuadamente en nuestra imagen, el paso inicial es mirar hacia adentro.
Muchas veces estamos pensando en los roles que debemos llenar, en lo que se espera, en cómo debería verme si soy o si hago tal o cual cosa, en “proyectar” lo que se supone que debo proyectar.
Si me siento insegura puedo construir seguridad desde mi imagen, si quiero verme más profesional, lo puedo trabajar también.
Pero además de preocuparme por la proyección hacia afuera y las expectativas externas, tengo que preocuparme del trabajo interior que sirva de sustento a esa proyección.
El trabajo con mi Imagen Personal, con mi Estilo, tiene que ver con qué me pongo, cómo combino y cómo respondo desde el look a cada circunstancia, tiene también un componente que mira hacia adentro, un factor “encuentro”.
Trabajar mi imagen personal es un encuentro movilizador con el espejo. Es un re encuentro con todas las que fui y sobre todo con la que SOY, y sus sueños, metas y objetivos.
Generalmente nos planteamos trabajar con la imagen cuando hay un cambio en nuestras vidas. Cuando nos sentimos movidas hacia algo, movilizadas por algo. Cuando sentimos que nos dejamos de lado. Cuando queremos recuperar espacios o transitar nuevos caminos. Cuando hay algo que nos incomoda aunque no entendamos bien qué.
Sin descartar el color, las prendas y las tendencias, hay un mensaje que busca ser descifrado y expresado, ese mensaje que SOS. Desde la Imagen Personal podemos comenzar un camino que nos lleva al auto conocimiento.
Aunque parezca superficial mi Imagen Personal es una puerta que me plantea un viaje, ¿qué tan profundo deseas llegar?, es tu decisión, Alice.