Es el diseñador de alta costura del momento, el preferido de las famosas como Susana Giménez, Pampita, Sofía Zámolo, Valeria Mazza e Isabel Macedo a quien le creó el vestido de novia. Hace poco presento su más reciente colección llamada ¿Lobo está? con una imponente puesta en escena ambientada en un gran bosque que cautivo a todos los presentes en el Faena Art Center. Una colección atemporal que acompaña el despertar de las mujeres y retrata su conexión con la naturaleza, creando así una nueva versión de Caperucita celebrando la fuerza ancestral femenina.
Saiach nació en la provincia de Corrientes y en medio de sus estudios de arquitectura se mudó a Paraguay para seguir sus sueños. Tiene 45 años y toda su vida la dedicó al diseño de indumentaria. Hace cinco años regresó a Argentina para vivir en Buenos Aires y quedarse definitivamente.
Si vemos un vestido de Javier Saiach que se luce en algunas de las famosas en los eventos de los Martín Fierro o Alfombra Roja ya lo reconocemos al instante, la mujer Saiach es una mujer sexy, destacable y con encanto femenino. Uno de sus diseños más inolvidables fue el vestido de ensueño que lució Juliana Awada para el evento de Gala del G20 en el Teatro Colón como para no olvidarlo todas las miradas fueron puestas en la primera dama, vestido de corte middie de mangas 3/4 en blanco, piezas confeccionadas con base de encaje, bordados en hilos de seda natural y calados con la técnica del richeleiu, pétalos y flores en gaza de seda con volumen 3D que terminan de resaltar la base de encaje del vestido, todo el trabajo de bordado a mano fue hecho por él mismo.
En una charla muy íntima nos recibe en su atelier en plena Av. Santa Fe en el corazón de Recoleta.
¿Cuándo empezó tu gusto por la moda y cómo fueron tus pasos hasta llegar a lo que hoy sos?
Mi gusto por la moda empezó desde muy chico, ya desde los cinco años sabía como combinar la ropa y mi mamá me decía que era increíble el dominio del color que tenía. Y me gustaba cómo se vestía ella. Si se usaba el rosa ella usaba el turquesa, decía que la moda es lo que va a venir, pero cuando se use en el lugar que vos vivís ya no es moda. A los diecisiete años surge el empezar a experimentar en mí. A la gente les gustaba eso que tenia de diferente, Al ser mi ciudad natal muy chica, la revista Hola España llegaba muy de vez en cuando, las revistas de moda casi ni existían, entonces fui aprendiendo sin que nadie me enseñe. De a poco fui escuchando cómo se llamaban los géneros y a combinar mi propia ropa. A los 17 años ya me elogiaban las combinaciones de mis trajes, las medias, las corbatas, las camisas.
Cuando llegué en el 2001, plena crisis en la Argentina, comencé a hacer diseño de vidrieras. Gané cuatro premios como vidriera del año en el Shopping del Sol y también trabajé en la parte de perfumería en la parte de beauty lo que me llevó a ganar premios para Dior, Givenchy y Calvin Kein.
Ahí ya había comenzado a interesarme más en la indumentaria. Y mi hermana me dijo: “O sos moro o sos cristiano”. Y lo que yo realmente quería era diseñar, entonces me adentré al mundo del diseño con carteras, accesorios y flores, primero comencé con carteras y la primera se la regalé a Mirtha Legrand.
¿Estudiaste la carrera de diseño de indumentaria?
No, estudié arquitectura por 5 años y cuando estaba en el último me di cuenta de que no era lo mío y no aguantaba ni un día más, la abandoné. Sentí que estaba haciendo las cosas bien por primera vez, que estaba comenzando a pararme en un lugar donde decía “éste es el camino al que quiero llegar”.
¿Cuáles son tus recuerdos de aquel primer desfile?
Inolvidable, porque le encontré la vuelta, no tenía modelos y llamé a todas mis amigas. Ellas representaban una parte del cuento que yo quería contar. Comenzaba en la noche y terminaba con la salida del sol. 18 vestidos, un montón, y sin repetición de géneros. Lo más gracioso es que hice que a cada una le gustara su conjunto y me lo terminara comprando.
¿En qué te inspiras al momento de crear?
En la vida misma, en lugares, colores… en la gente. Con lo que hacemos realmente no tenemos que envidiar a ningún taller de París porque lo hacemos todo artesanalmente, nos dedicamos a construir alta costura.
¿Cómo es la mujer que se viste en Javier Saiach?
Creo que es una mujer que le encanta ser única, una mujer audaz que no tiene miedo a nada, intentamos marcar tendencia en colores, la mujer Saiach es una mujer sexy con encanto y atrevidamente destacable.
¿Quién fue tu primera celebrity en Argentina?
Araceli González, la hermosa Araceli. Se lo hice en Paraguay, fue un vestido negro con una flor en el hombro. Ella estaba recién separada de Adrián Suar. A ella también la vestí para un Martín Fierro y fue una mujer muy generosa conmigo, muy amorosa y luego comencé a trabajar con Flor Torrente, su hija, a la que vestí para el civil de la boda de Araceli con Fabián Mazzei e hice una campaña de fotos. Gracias a esas fotos me llamaron de Vogue y fue mi primera entrevista de página completa.
¿Para vos qué prenda no puede faltar en el guardarropa de una mujer?
Un buen jeans, una linda camisa, un vestido negro, saco negro y por supuesto un Saiach.
¿A quién te gustaría vestir en los Oscars y por qué?
Me gustaría vestir en la Alfombra Roja de los Oscars a Nicole Kidman, porque es una mujer bella, elegante, tiene buen porte y un estilo propio.
Contame acerca de tu última colección otoño-invierno y en qué te inspiraste.
¿Lobo está?… Yo estaba viviendo en Nueva York y me metí en una librería y vi una nueva versión del cuento de Caperucita y cuando salgo veo el Central Park todo nevado y me dije que el próximo personaje iba a ser una Caperucita y ahí empecé a fantasear con todo este cuento. Y la edición que había visto no era tan inocente y empecé a jugar con eso, más sexy. En la colección hay mucho escote, transparencias, vestidos cortos, volúmenes y redireccioné la marca al cuero. Antes estaba más con los encajes, el shantu de seda, y el richelieu, y lo que hice fue ‘rockear’ a la Caperucita para hacerla sexy, una empoderada, una versión reloaded que cuando vea al lobo se sienta intimidado.
El lobo, estaba con sobretodo de cuero, y un esmoquin negro, el lobo sorprendió a los presentes para separar las pasadas del rojo con los nude.
¿Y de esa colección cuál fue tu favorito?
La Caperucita estaba tapada pero también era sexy, era una especie de monja en colorado con ese color tan desafiante que es la pasión, el rojo. Los negros con los tules transparentes, que dejamos a propósito que se vea el pecho porque queríamos que la feminidad se vista desde otra forma, no desde lo burdo sino desde la sensualidad de esas bellezas de mujeres que mostramos y que podemos mostrar como Europa sin ser chabacano.
¿Qué colores son los que predominan en tu colección?
El rojo, negro y el blanco.
¿Cómo fue vestir a la primera dama en la Gala del Teatro Colon del G20 y qué impresión te llevaste de ella?
Me llamo Juliana y me dijo: Javier te llamo porque sos el diseñador argentino que representa a la Alta Costura en el país, que hace los encajes a mano, los bordados y las aplicaciones artesanales. Y para mí fue muy emocionante poder confeccionarle este vestido, y es uno de los que me piden mis clientas hasta el día de hoy. Ella es una mujer estupenda y con un estilo propio.
¿Cómo es tu relación con la moda?
La moda es mi vida.
¿Qué planes tenes a futuro?
Bueno, como planes a futuro es poner un atelier en España.
Mira el Fashion Editorial que hicimos con sus vestidos #EmpoweredWoman