Para presentar a Jorge Rojas sobran las palabras. ¿Qué se puede decir acerca de un artista indiscutido? ¿Cómo presentarlo sin caer en lugares comunes? Te contamos aquellas cosas de los que pocos hablan.
Jorge Rojas nació en Neuquén, posiblemente de allí la profundidad de su mirada, creció en Salta, y aún conserva el acento norteño que enamora a sus fans y eligió Córdoba para vivir, seguir creando y generando nuevos proyectos.
Estuvimos en la conferencia de prensa que ofreció el artista después de su actuación en el Festival de Embalse “Un Canto a La Vida”.
Mientras desplegaba en el escenario toda su voz y galantería nos preguntábamos si era consciente de lo que provoca en el público femenino, casi como si nos hubiera escuchado entre canción y canción le promete a los maridos que acompañaban a sus esposas que serían bien recompensados por ellas.
Los temas musicales se van sucediendo con naturalidad hasta que un momento Jorge Rojas deja su habitual actitud de acercarse al público para darle la espalda y quedarse a un costado sombrío del escenario, mirando el video donde se proyectan rostros de niños, ancianos y mujeres del norte de nuestro país. Él les canta a ellos, una canción que según sus propias palabras es un himno: “Una Sola Voz”.
Es que hay un Jorge Rojas que pocos conocen, el hombre humilde, que vuelve a sus raíces y cuenta su aporte en la Fundación Cultura Nativa. En la conferencia de prensa se explaya explicando que la fundación brinda apoyo en el chaco salteño, principalmente en salud;según sus propias palabras “Se coordina que vayan médicos cirujanos, ya se han realizado más de trescientas cirugías gratuitas y han logrado tener un consultorio odontológico completo”.
También comentó que aumentaron la cantidad de becas, posibilitando que muchos chicos puedan estudiar. Crearon un salón de usos múltiples, y otras áreas dedicadas al deporte; casi con su voz quebrada agrega que el trabajo con la fundación es algo que lo conmueve mucho.
Cuando le preguntan si prefiere el público de los festivales o el del teatro se ríe antes de responder: “Yo nací en los festivales y bueno ya vieron lo que pasa cuando uno logra conectarse con la gente, la emoción es muy linda, está la complicidad del público. El festival tiene también la particularidad de que puede haber gente que te ve por primer vez. Con el teatro se crea un clima más íntimo, yo lo descubrí con el tiempo. No podría dejar ninguno.”
Evidentemente es difícil separar el artista del hombre, en cada cosa que va contando se desprende que el corazón le late fuerte. Permanentemente agradece a la vida las posibilidades de ser tanto solista como cantar con sus hermanos, cree que son pocos los artistas que tienen esa dicha. Cuando habla de la familia, en particular de Los Rojas, sus hermanos con los cuales comparte escenario en algunas oportunidades, el brillo de sus ojos parece crecer. Aunque insisten con la pregunta ¿qué elije ser solista o parte de un grupo? Él hace gala de esa cordialidad y cercanía diciendo que es afortunado por poder trabajar en lo que ama y poder hacerlo con las personas que son importantes para él.
Infaltable fue la pregunta acerca de Horacio Guarany, quien falleció el trece de enero de este año. Con la misma serenidad y emoción con la que canta cuenta que cuando escuchó la noticia pensó en todo lo que significó “El Cantor del Pueblo”, en especial para la música popular argentina. A pesar de la tristeza nos asombra diciendo: “Es el momento de empezar a pensar en él y en todas las cosas que hizo, en su compromiso social que lo ha llevado directamente a conectarse con la sangre del pueblo, ha sido el lazo con el que ha construido toda su carrera Horacio Guarany. Yo particularmente he cantado sus canciones por mucho tiempo y a través de las canciones uno logra conocer al hombre, a la persona que escribe y a través de una letra, una melodía intenta comunicarse con la gente. Ha sido un gran autor, un gran compositor y la verdad que lo vamos a recordar siempre con mucho cariño”.