A pesar que la tecnología cambió los hábitos de la lectura y los libros impresos en papel han disminuido las preferencias, existen aún millones de personas que los prefieren.
Desde que Johannes Gutenberg inventara la imprenta en el año 1450 en Alemania, muchas de las obras que por miles de millones se acumularon a través de los siglos con distintos formatos, contenidos y autores del mundo, se fueron archivando o circulando en el sistema conocido como “Bibliotecas populares” que en cada pueblo y ciudad existieron y aún existen, con textos diversos que cubren las necesidades del conocimiento humano, guardan parte de la historia y la cultura de los pueblos.
En nuestro país la casa principal de los libros es la “Biblioteca Nacional”. El 13 de septiembre de 1810 la Primera Junta de gobierno, mediante un decreto fundó la “Biblioteca Pública” de Buenos Aires. Durante sus dos primeros años funcionó en el mismo Cabildo. En 1812 se trasladó a un edificio ubicado en Moreno y Perú dentro de lo que hoy se conoce como “La manzana de las luces”.
Los primeros materiales fueron donados por instituciones como el Cabildo Eclesiástico y el Real Colegio de San Carlos, más el aporte de algunos particulares entre los que se cuentan Luis Chorroarín, Manuel Belgrano y el Obispo Manuel Azamor y Ramírez. Mariano Moreno fue designado protector y Cayetano Rodríguez y Saturnino Segurola como primer y segundo bibliotecario respectivamente.
Desde 1822 a 1828 el cargo fue ocupado por Manuel Moreno hermano de Mariano. La biblioteca contaba en 1832 con 17.000 ejemplares. Es importante destacar los directorios de Vicente Gaspar Quesada que incorporó gran cantidad de material producto del canje internacional y estableció el primer taller de encuadernación y el de Manuel Trelles que amplió la cantidad de ese material, hasta que la biblioteca pública pasó a depender del Gobierno Nacional. La actividad se vio fortalecida con la concurrencia de 7715 lectores durante 1881 y los 32.600 volúmenes con que contaba en 1882.
El 5 de octubre de 1884 fue designado primer Director Nacional José Antonio Wilde quien falleció a poco de asumir el cargo, desde ese momento se la denomino “Biblioteca Nacional Mariano Moreno”. En 1996 se le otorgó el carácter de organismo descentralizado y autárquico fijando como objetivos “custodiar, acrecentar, preservar, registrar y difundir la memoria impresa de la cultura”. Actualmente su sede se ubica en la calle Agüero 2502 del Barrio porteño de Recoleta, en un moderno edificio proyectado en 1962 durante el gobierno del Dr. Arturo Frondizi, mediante ley 12,351 se destinaron 3 hectáreas y fue inaugurado oficialmente el 10 de abril de 1992 bajo la presidencia del Dr. Carlos Saúl Menem, cuenta con tres depósitos subterráneos, dos destinados a los libros con capacidad para tres millones de ejemplares y uno destinado a diarios y revistas con una capacidad de 500.000 ejemplares.
Fueron algunos de sus directores de 1858 a 1871 José Mármol, desde el 19 de enero de 1885 y durante 40 años Paul Groussac, de 1931 a 1955 Gustavo Martínez Zuviría, de 1955 a 1975 Jorge Luis Borges. Lo más interesante es que tres de ellos eran no videntes, tal es el caso de Mármol, Groussac y Borges. Si bien como ya dije en cada pueblo y ciudad del país existe un lugar destinado a los libros, su Casa principal es la “Biblioteca Nacional”.