Si hay una característica en las mujeres es el proceso interno que realizan cuando quieren tomar una decisión en el orden amoroso, cuando llega la clara decisión de separarse o tomar distancia de una pareja, es porque mínimo hace un año lo viene elaborando.
Nada es tan inmediato o al azar, decir me quiero separar en estos tiempos de crisis económica es mucho más difícil ya que la mujer debe encargarse de llevar un hogar, encima hijos y toda la carga económica y emocional con la que se arrastra cuando se dice basta.
Si bien hay muchos hombres que se ocupan de sus hijos, y de ayudarlas a sobrevivir, todo se hace muy difícil cuando la otra parte pone trabas en el camino.
Pero cuando ven que pudieron con todo su dolor, cuando corrieron todos sus velos profundos, cuando se curaron cada lastimadura interna, miran con coraje sus cicatrices y comienza una etapa de empoderamiento, donde sienten un mágico poder de YO PUEDO, y llega una nueva etapa de reconstrucción, donde se reconcilia con todas sus facetas y se ve activa, vibrando en alegría, gratitud, y con tal vez el deseo de sentir la tímida sensación de recibir y dar un AMOR SANO.
Sano, porque tal vez necesitó ese paréntesis en su vida para darse cuenta de todo lo que vale, todo lo que puede lograr y alcanzar si trabaja su seguridad emocional y se encamina desde una estima auténtica y sincera hacia sí misma.
No es fácil muchas veces tomar una decisión de terminar una pareja, más aún cuando hay hijos en el medio, pero si cierras tus ojos y te escuchas en tu profundidad y tu corazón te dicta de todas las formas posibles ya basta, el cuerpo comienza a comunicártelo, hasta que llega un día muy valiente en el que te eres fiel en tu complitud y piensas en vos, sabiendo que eres responsable de tu vida y decisiones.
Seguramente ese día vino después de meses de análisis, de medir todos los beneficios y contras, pero con certeza en el alma que allí solo estabas muriendo cada día un poco más.
El proceso nadie dijo que era fácil, rápido y feliz, al contrario tal vez esté lleno de piedras pero al fin de la ruta te encuentras entera y llena de vos misma.