La teoría de los septenios es una perspectiva basada en los conceptos del psicólogo suizo Carl Gustav Jung y del filósofo alemán Rudolf Steiner, este último, creador del método Waldorf, pedagogía basada en la visión del ser humano constituido por cuerpo, alma y espíritu.
Según esta teoría, difundida a principios del siglo XX, el desarrollo humano se puede dividir en ciclos de siete años, o septenios, que explican los cambios que ocurren en el desarrollo de una persona. Cada septenio representa una etapa importante en el desarrollo físico, mental y emocional de un individuo, con necesidades y características específicas.
Algunas características de cada etapa son:
0-7 años: Período de la primera infancia y están principalmente enfocados en el desarrollo físico y en aprender a interactuar con su entorno cercano, donde la calidad de los vínculos cumplen un papel preponderante para el desarrollo de su inteligencia emocional posterior. Es la etapa plena de juego y exploración.
7-14 años: Niñez temprana y media. Los niños comienzan a desarrollar habilidades cognitivas más avanzadas, como el pensamiento lógico y abstracto, lo que les permite razonar, resolver problemas y comprender los contextos ya que adquieren mayor comprensión de las emociones y comienzan a desarrollar habilidades sociales.
14-21 años: La adolescencia y el comienzo de la adultez. Período de búsqueda de su identidad y de desafíos emocionales y sociales. Es un período de exploración, de establecer relaciones más íntimas y significativas con sus pares. Experimentan una mayor influencia de sus compañeros y buscan pertenecer a grupos sociales. Etapa en la que comienzan a enfrentarse a decisiones importantes en torno a la educación, carrera y estilo de vida.
21-28 años: Los jóvenes adultos están en la transición hacia la adultez plena. Se centran en la formación académica, el desarrollo profesional y la toma de decisiones importantes sobre su futuro.
Tener en cuenta estas etapas, permite adaptar los enfoques pedagógicos, los métodos de enseñanza y los recursos utilizados para potenciar el desarrollo cognitivo y socioemocional de cada estudiante. De esta manera, se focalizan las estrategias de enseñanza para el desarrollo integral de cada niño y adolescente, atendiendo a sus particularidades, tiempos y posibilidades.
Pensar en estrategias diferenciadas, es asumir que TODOS pueden aprender y que NADIE es invisible.
La educación es un arte, debe hablar de la experiencia del niño. Para educar al niño completo, se debe alcanzar su corazón y su voluntad, así como la mente”. Rudolf Steiner