Empezó en el mundo de la moda de casualidad pero demostró que es un profesional de la alta costura. Se define como porteño de nacimiento y ciudadano latinoamericano por elección.
¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la moda?
Comencé hace veintinueve años, soy hijo de industriales textiles, ingenieros y arquitectos. Mi abuelo fue quien fundó la empresa textil, que luego continuó mi padre. Mi madre era asidua a la ropa de alta costura, por su situación ellos vivían viajando por el mundo y no era como ahora que hay computadoras y celulares, en esa época era difícil la comunicación y yo soñaba con que mis padres dejaran de viajar y se quedarán más tiempo conmigo.
Aprendí de ellos la cultura del trabajo y a ser honesto, también aprendí que la fantasía no era mala palabra.
Soy arquitecto, no existía la carrera de diseño de indumentaria y estudie moda en distintas partes del mundo como Nueva York, Paris, Dinamarca. Después hice cursos de arte y escultura.
Cuando tenía diecinueve años por un revés económico empecé vendiendo la ropa de mi madre y la gente empezó a pedirme que la vista, al año vestía a las modelos, a las que eran tapa de revistas reconocidas. A los veintiún años almorzaba con Mirtha Legrand. Empecé de a poquito.
¿Qué cosas crees que marcaron tu carrera?
Bueno fui el primer diseñador en hacer el BAAM (Buenos Aires Alta Moda) y hacer el BAF. Otra cosa que me abrió las puertas en Estados Unidos fue haber ganado un premio que otorgaba Mary McFadden y me bautizaron el “Nuevo Oscar de la Renta”. De ahí pude entrar a treinta y tres tiendas, entre ellas Zaks.
También hice las alfombras rojas de los Billboards Latinos.
Hice muchísimas cosas, desde las alfombras rojas de Cecilia Roth y shows de música de Los Ratones Paranoicos a Miranda.
Hay cosas que sorprenden como actuar en novelas, por ejemplo en Graduados que hice de mí mismo (risas). En Resistiré estaba inspirada en mi familia.
Tuve el placer de hacer vestidos de novia a infinidades de actrices, les hice a Soledad Pastorutti y a Mariana Fabbiani. Y por supuesto varios vestidos que se usaron en la última edición de los premios Martin Fierro.
Decís que llevas la Alta Costura en tu ADN, pero ¿Cómo surgen los perfumes?
Estoy por lanzar mi tercer perfume, que es la manera que tengo de llegar a más personas. Nunca pensé en tener perfumes pero se dio, y a mí me encanta abrir la cabeza y siempre con Thiago estamos buscando cosas nuevas. Como el desfile que haremos el 4 de julio, tiene que ver con moda, arte y tecnología, que se llama AMART, es un juego de palabras entre Amalia Lacroze de Fortabat, el arte que es la Alta Costura y amar.
También tenés una faceta solidaria, de la que poco hablas
Sí, con mi socio, Thiago Pinheyros, creamos una clínica de rehabilitación en Gálvez, Santa Fe. También colaboramos con catorce comedores escolares en todo el país y ayudo a quien me llame.
¿Te quedan sueños por cumplir?
Sí, tengo sueños, me gustaría estudiar periodismo de moda, el día de mañana cuando no me elijan o no pueda dibujar, porque uno también crece, estoy a punto de cumplir una edad redonda. Otro sueño es poder enseñar, me han ofrecido de varias universidades. También poder dejar algo a mi país, aunque hemos hecho muchas cosas solidarias con Thiago hemos devuelto parte del cariño que nos dan, me gustaría dejar la historia de la moda. Y estoy soñando con hacer un desfile cuando cumpla los treinta años con la moda y me gustaría hacerlo en el interior, como en Córdoba o en Mendoza.
Nota: Mónica Nahás | Foto: Diego Roldán
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