En el mes que celebramos la niñez nos preguntamos: ¿Qué regalarles? ¿Con qué sorprenderlos? ¿Dónde llevarlos? Seguramente nos ocupamos en organizar alguna salida o comprar “eso” que tanto suponemos que desean.
Sin embargo, unos días después, miramos en la caja de juguetes asomar aquel regalo tan buscado ya casi olvidado. Y entonces, ¿nada los motiva? En realidad lo más valioso que podemos ofrecer a los niños es tiempo y hablar de tiempo, es hablar de encuentros y aprendizajes.
Tiempo para:
- Mirarlos a los ojos y entender qué necesitan.
- Abrazarlos hasta calmar sus miedos.
- Acompañarlos en sus procesos.
- Valorar sus logros.
- Comprender sus elecciones.
- Motivarlos a compartir sin competir.
- Proyectar más tiempo.
Muchas de las cosas que nosotros necesitamos pueden esperar, los niños no pueden, ahora es el momento, sus huesos están en formación, su sangre también lo está y sus sentidos se están desarrollando, a él nosotros no podemos contestarle mañana, su nombre es hoy”- Gabriela Mistral.
Si no estamos dispuestos a regalar lo que verdaderamente necesitan los niños, habrá que trabajar duro para sostener adultos apáticos, poco comprometidos e intolerantes con la sociedad.