El Principito se retiró, dejando una pasión, pero continuará con otra, la actuación, para la que también se preparó durante mucho tiempo. El hijo del excampeón mundial Juan «Látigo» Coggi es fanático del rock y también actor. Fue preparador físico de los actores de la serie Monzón, hizo varias participaciones en series de televisión, y fue entrenador de Andrés Calamaro. Con tan solo 37 años, hoy decide dar un nuevo rumbo a su vida.
¿Cómo llega a tu vida la faceta artística?
Desde chico, mi secundario fue con orientación en arte, diseño y comunicación, lo que implica muchas horas de teatro, pero antes de terminar el secundario yo había hecho tres peleas amateur. O sea que tenía incorporado también el deporte. Luego estudie actuación, dirección y puesta en escena en el Centro de Investigación Cinematográfico, pero no podía sostener ambas cosas paralelas.
¿Por qué te decidiste por el boxeo y no por la actuación en ese momento?
Porque el boxeo te exige físicamente, y yo sabía que era el momento de hacerlo, de más grande seguramente podría dedicarme al teatro o la TV, pero al boxeo ya no. Ya tenia claro que este momento iba a llegar. Hace dos años empecé a estudiar Teatro… preparándome para este momento.
¿Y cómo ha sido tu experiencia frente a las cámaras y fuera del ring?
He realizado varias participaciones en televisión, también hice videos musicales con Catupecu Machu, Guasones, y lo más reciente es una serie nueva para Disney+ que pronto se podrá ver.
¿Cómo seguís con tu vida deportiva?
Yo tengo muchos años de analista de boxeo para televisión, y me gustaría seguir con eso mientras se den las posibilidades. También soy corresponsal para Argentina del canal de YouTube No Puedes Jugar Boxeo, de Ernesto Amador, donde llevo todas las novedades del mundo del boxeo de Argentina, ahora mi práctica de boxeo es solo esa.
¿Pero tenes pensado volver al entrenamiento de boxeo?
No. Solo estoy dando clases en un gimnasio, pero es algo totalmente diferente. Es meramente recreativo, va gente que no tiene pensado subirse a un cuadrilátero nunca, que solo busca divertirse pegándole a una bolsa. No tiene nada que ver con el boxeo profesional, es más… yo no tiro una piña.
¿Te está constando esta etapa de ex boxeador?
Sí, me cuesta muchísimo, porque no conozco otra vida. Me sobran horas por todos lados, antes mi día comenzaba muy temprano con entrenamientos, volvía cerca de medio día a casa para comer y descansar, y luego continuaba con más entrenamientos por la tarde-noche. Y así eran la mayoría de mis días, y además hace tiempo que no me pega nadie. (sonrisas)
¿Y practicas algún otro deporte?
Sí, me encantan y ahora estoy practicando mucho más golf. Es un deporte genial, voy al Municipal de Palermo, me encanta el contacto con la naturaleza en medio de la ciudad. A veces pegarle a la pelotita te hace agarrar una calentura tremenda o te salen todas buenas. Pero es parte del deporte, ahora tengo más tiempo para practicar.
¿Te fuiste definitivamente del boxeo?
Sí, se lo prometí a mi mamá. Lo decidí en mitad de la pelea que esa sería la última. Cuando terminó le di un beso al piso del ring, y al levantar la vista la veo a mi vieja sola sentada en la platea, porque no asistía público, y le dije “Mamá fue la última te lo prometo”.
Producción Fotografía Buenos Aires
Nota y Fotos: Cristian Flores @cristianrf
Producción exclusiva para Revista Brooke