En esta guía de estilo hemos repasado tendencias, consejos de estilo, colores de moda y mucho más, hoy quiero compartir este espacio en primera persona.
No sé si porque soy Rata en el Horóscopo Chino o por la Luna en Piscis o por las dos cosas, pero tengo un lado acumulador, me cuesta soltar. Me pasa, y con la ropa también.
Tengo prendas de valor sentimental, que nunca voy a volver a usar, no creo que pueda volver a mi cuerpo de los 5 años. Pero mi primer traje bordado de danza que con tanto amor hicieron mi mama y mi hermano merece estar enmarcado. (Tendría muchos más paro mi madre no tiene mi misma configuración planetaria al parecer).
Tengo prendas heredadas que uso de vez en cuando y marcan la diferencia, no sé si por las prendas o por el abrazo estiloso y personal con sello materno (o paterno) que hace que el aura se ilumine.
Por experiencia te digo que hay prendas que valen la pena guardar (con valor sentimental o no) aunque no las hayas usado en el último tiempo. Las sacas en un par de años y te sentís estrenando. (Y ahí te agradeces no haberla descartado!).
A veces sucede que nos aburrimos de la silueta del color o de la estampa. Que nos cansamos porque usamos siempre esa prenda en una misma combinación o porque sentimos que ya la combinamos de todas las maneras posibles. Porque la usamos muy seguido… no importa, al ojo le gusta la variedad.
Si no la usas porque ya no te queda, porque está muy gastada, es otro tema.
Pero si guardas esa prenda que está en perfectas condiciones y todavía un poco te gusta pero ya te canso y la rescatas más adelante, seguro ya tenes algo nuevo con que combinarla, o se te ocurre un nuevo modo de usarla.
Por eso, mejor no generalizar con estas reglas tan tajantes. Si no lo usaste en el último año, observa, sentí… guarda. Y después de un tiempo, estrena!