No necesariamente.
La neurodivergencia se refiere al modo variable natural que tiene el cerebro para procesar la información y captar los estímulos del entorno. Puede abarcar condiciones como el trastorno del espectro autista, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y la dislexia entre otras.
Las personas neurodivergentes suelen tener habilidades y perspectivas únicas e incluso «altas capacidades». Una de sus mayores fortalezas, en general, es su pensamiento divergente, o la capacidad de generar ideas, soluciones y perspectivas originales. Por lo tanto, tienen una forma de pensar más flexible y creativa que les permite ver las cosas desde varios ángulos y encontrar soluciones innovadoras.
Estas diferencias pueden afectar el aprendizaje de una persona, pero también pueden ser una fuente de fortaleza y creatividad.
En este sentido, las personas neurodivergentes suelen tener la capacidad para pensar fuera de lo convencional y tener una mirada más detallada y minuciosa obteniendo resultados sorprendentes en diversas disciplinas como el arte, la ciencia o la tecnología. Además, por su atención al detalle y su capacidad para enfocarse intensamente en áreas de interés particular pueden llevar a un dominio excepcional en esas disciplinas.
En síntesis, la neurodivergencia pone en evidencia habilidades y talentos únicos que pueden enriquecer nuestra sociedad y contribuir a la creatividad y el progreso.
Por otro lado, la discapacidad se refiere a una limitación física, cognitiva o sensorial que puede afectar la capacidad de una persona para realizar actividades cotidianas. No todas las personas neurodivergentes tienen discapacidades, y no todas las personas con discapacidades son neurodivergentes.
Es importante reconocer y respetar la diversidad para poder comprender que cada persona es única en su forma de pensar, aprender y experimentar el mundo.