En estos últimos años, el confinamiento y los nuevos escenarios, han transformado nuestro hogar en oficina, escuela, peluquería, gimnasio y un sin fin de actividades que revolucionaron la cotidianeidad de la familia.
En muchos casos, estos cambios en la organización del ritmo familiar, afectaron las conductas de los niños en la convivencia full time con los adultos, por un lado, quietándoles la posibilidad de desarrollar su autonomía, y por otro lado, favoreciendo la baja autoestima y poca la tolerancia a la frustración.
La autonomía es un pilar importantísimo en el desarrollo de las competencias individuales y el fortalecimiento socioemocional de los niños, por ello es necesario que, desde temprana edad, realicen actividades que les creen hábitos y les permitan tomar decisiones y asumir sus consecuencias.
Involucrarlos en las tareas del hogar y permitirles elegir cuestiones simples, como el color de su ropa, algunas opciones de alimentos, organizar la mochila para el cole, serán los inicios para responsabilizarlos de sus decisiones. Estos procesos alimentan la confianza en sí mismos y eleva el nivel de tolerancia a la frustración, ya que se sienten parte activa del quehacer cotidiano, y no simplemente receptores de órdenes a cumplir.
El fortalecimiento de la autonomía desde casa, favorece la autonomía en la escuela y por lo tanto, facilita el aprendizaje y el desarrollo de las competencias necesarias para adquirir nuevos saberes y relacionarse de manera positiva con su entorno.
Algunas sugerencias para fomentar a autonomía:
- Establecer una muy buena comunicación entre toda la familia, amorosa y tolerante.
- Asignar responsabilidades con sus pertenencias: juguetes, el orden de su cuarto, la mochila.
- Estimular la confianza valorando sus logros y acompañando los procesos de aquellos que aún se les complica.
- NO compararlos con nadie.
- Ofrecerles opciones para elegir libremente entre cosas que sean de su interés.
- Motivarlos a explorar el entorno antes de tomar decisiones.
- Establecer límites claros y amorosos entre lo que pueden elegir y lo que es decisión de los adultos para su cuidado.
- Establecer rutinas que mejoren la organización de toda la familia.
Crear un ambiente de confianza, libre de amenazas para el aprendizaje de nuestros niños, es la principal tarea para padres y docentes.
Intentar enseñar a un niño algo que puede aprender por sí mismo no sólo es inútil, sino también perjudicial.” Emmi Pikler.