Cuenta una historia, que un día un viejo sabio preguntó esto a sus seguidores. Pensaron unos momentos y algunos respondieron:
– Porque perdemos la calma.
– Pero… ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? preguntó el sabio ¿No es posible hablarle en voz baja?
Dieron algunas otras respuestas, pero ninguna de ellas satisfacía al sabio, que finalmente explicó:
-Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar para escucharse, mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar.
Luego el sabio continuó:
-¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan, se hablan suavemente porque sus corazones están muy cerca, la distancia entre ellos es muy pequeña.
El sabio sonrió y dijo:
¿Y cuándo se enamoran más aún, qué sucede? No hablan, solo susurran. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, solo se miran y eso es todo.
Cuántas veces te alejaste tanto de las personas, que se te olvidó el camino de regreso. Cuántas veces gritaste con furia aquello que alguna vez habías callado.
Vivimos tiempos complejos, distantes, en donde es necesario abrazarnos desde nuestra esencia, entendiendo que la humanidad es tan diversa como cada uno de nosotros y si no aprendemos a comunicarnos desde el amor y el respeto, no encontraremos el verdadero camino a casa.