Las mujeres podemos atravesar por diversas emociones a lo largo de nuestra vida, va a depender de nuestra personalidad, de nuestra base genética, de nuestro contexto familiar, de nuestro momento pasado y presente, de nuestras alborotadas hormonas, según la edad en que nos encontremos, pero cuando la tristeza se instala para quedarse por un buen tiempo debemos estar atentas.
Tal vez ese estado puede justificarse temporalmente por alguna situación personal que está atravesando, pero cuando esa emoción se extiende y no logramos resolver debemos animarnos a realizar una profunda introspección hacia nuestro interior y revisar, que está pasando con nuestro entusiasmo, con la alegría, con las ganas de reírnos, divertirnos… será que hemos desaprendido la capacidad de disfrute y hemos encontrado en la tristeza la excusa justa para no animarnos a cambiar algo que sabemos que no está funcionando bien hace tiempo.
Debemos aprender a conocernos en todos nuestros estados y la tristeza es una invitación a descubrir dentro tu interior tus verdaderas fortalezas, para ponerlas en ejercicio de tu bienestar psicofísico.
La tristeza no es una buena compañía llena el alma de vacíos y carencias emocionales, lo más salugénico es aceptarla y transformarla a tu favor. Confiando en que te mereces una vida llena de buenos momentos, rodeada de personas positivas, apostando al crecimiento personal.
Trabaja la tristeza, no dejes que te domine, si la causa es una situación puntual, deja que el tiempo haga su parte y tú ponle una actitud positiva. Reinvéntate mil veces si es necesario hasta que te encuentres feliz, haz cosas nuevas, anímate a mimarte, a probar situaciones que te lleven más allá de lo que siempre haces.
No te victimices ni le entregues lo más importante que tienes tu vida a ninguna situación, persona o relación.
Comienza por cambiar tu diálogo interno, a hablarte con más dulzura con frases y decretos que sean alentadores, como yo puedo, lo lograre. A veces somos muy críticas con nosotras mismas y no nos damos márgenes a equivocarnos, piensa que de todo se aprende aún de las situaciones más difíciles, cree en ti, vuélcate para el lado de la vida, desde esta óptica todo cobra sentido, allí puedes resolver es decir… volver a ver el sol.