Noviembre y Diciembre son meses particulares para mí. Un poco más de tres años atrás, para esta época, mi vida cambió. A ver, cómo explicarlo: siempre estamos cambiando, sólo que yo me dí cuenta que podía diseñar ese cambio. Voy de nuevo, más simple: si quiero que algo cambie, lo hago yo misma, y listo.
La opción de la queja y el desánimo ya no me daban los resultados que deseaba. Levantarme a la misma hora, rutina de ida y vuelta, mismas conversaciones, mismas posibilidades (o no-posibilidades). Y mientras tanto, la vida. Y mientras tanto, el aburrimiento. Y mientras tanto, el vacío.
En sintonía con esas cosas que pasan que uno no puede explicar, ese día me levanté distinta, más liviana. Eso sí, llena de preguntas. Sólo dos me hicieron sentido, y hasta el día de hoy recuerdo habérmelas hecho mirando el monitor de mi computadora de todos los días: ¿Estoy dando lo mejor de mí hoy? ¿Es ésta mi mejor versión?
Pero cómo se responde semejante interrogante cuando una creció con miedo al fracaso ¿Cómo decidir sin escuchar el qué dirán? ¿Cómo convivir con la culpa y el miedo?
Simple. Moviéndome. Simple. Escuchándome. Simple. Arriesgando. Simple. Creyendo y creando.
Ese día decidí dejar mi empleo, volví a casa por un camino diferente, compartí una decisión (ya no una duda) y me animé a diseñar el futuro que quería para mí. Juzgar si fue fácil o no, ya no tiene sentido. Hacer o no hacer es la decisión.
Ese día cambié la dirección, el puerto era otro. Aún no sabía cuál, pero ya lo encontraría.Si, ya conozco la pregunta: ¿Cómo? ¿Cómo se hace? ¿Cómo me activo? ¿Cómo decido?
¿Ensayemos respuestas?
¡Animate a cambiar! Dormí del otro lado de la cama, festejá un no-cumpleaños, dormite más tarde, dormite más temprano, buscá nuevos amigos, nuevos desafíos, descálzate, despéinate, regalá tus zapatos más preciados!
Te prometo, ya has dado el primer paso.
Por mi parte, hoy amo la novedad, me seduce intentar lo nuevo todo el tiempo: nuevo método, nuevo sabor, nuevas formas, nuevos espacios, nuevas compañías…
Hoy también sé, que lo que importa es el movimiento, el cambio, lo diferente, lo desconocido, el riesgo…
Si ese día yo no me hubiera escuchado, seguiría tal vez allí, quizás más apagada, sobreviviendo. Seguiría aspirando a ser alguien que no soy. Y yo, lo reconozco, y muy por el contrario, sé que tengo la misión de inspirar.
Y a vos… ¿Qué te mueve? ¿Qué te inspira? ¿Qué te anima?