Se define como una gran tejedora de redes, cree en el poder de generar y cultivar relaciones que nos aporten valor. Emprendedora por naturaleza, renunció a la empresa familiar para hacer su propio camino. Asegura que los fracasos laborales y económicos le enseñaron más que sus títulos de grado y posgrado. De profesión publicista, con una Maestría en Administración de Empresas, hoy se dedica exclusivamente a asesorar y ayudar a emprendedores a potenciar su negocio de una forma “extremadamente práctica”. Forma parte además de varias ONG que se dedican al empoderamiento de la mujer.
¿Qué significa ser una gran tejedora de redes?
Creo muchísimo en el poder del networking, pero entendiendo que este se trata de generar relaciones que nos aporten valor. Crear lazos que nos permitan ganar – ganar, es fundamental para todos los aspectos de nuestra vida, y más aún para nuestro crecimiento profesional. Debemos pensar en nuestro capital social, a mi criterio es el más importante. Siempre debemos pensar que puedo aportarle al otro, un consejo, un contacto, un dato que le sume valor, de esa forma se construyen grandes relaciones.
¿Cómo te diste cuenta de que tus relaciones eran tu principal capital?
Siempre lo hice de forma natural, pero en el año 2016, participé de un programa de intercambio internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos (WeAmericas), durante 1 mes hicimos una inmersión en más de 5 ciudades de ese país, junto a 19 mujeres emprendedoras de Latinoamérica para formarnos y compartir experiencias y aprendizajes enfocadas en el empoderamiento y el desarrollo económico de la mujer. Al momento de participar de esta experiencia, acababa de cerrar mi emprendimiento (Boutique du Sens) porque no me funcionó económicamente, y realmente me sentía totalmente “perdida”, sin saber qué hacer desde lo laboral, me sentía fracasada. De hecho me costaba entender qué hacía en ese programa si había fracasado desde lo laboral, especialmente porque la idea de participar de este tipo de programas es que una pueda regresar a su país y “devolver” en acciones todo lo que aprendimos y vivimos, con el objetivo de empoderar a más mujeres. Pocos días después de regresar, pensando ¿qué puedo hacer para ayudar a más mujeres? ¿Cómo las ayudo si hoy estoy sin un rumbo laboral, con deudas… ? me dí cuenta que lo que tenía era una gran red de mujeres de distintos países de Latinoamérica, que eran emprendedoras y luchadoras y que merecían conocerse, que mi capital era esa gran red y que debía vincularlas, algo bueno iba a salir de eso. Así fue como nació Talentia, una gran red de mujeres (más de 6.000 actualmente), que estamos conectadas virtualmente a través de las redes y de nuestra web, y que de forma gratuita brindamos a lo largo del año capacitaciones en temas de gestión y desarrollo económico para sus negocios y crecimiento profesional.
Están todas invitadas a unirse a nuestro grupo den Facebook, seguirnos en las redes e ingresar en nuestra web www.redtalentia.com para participar de forma gratuita de nuestros webinars, pueden acceder también de forma gratuita a ver los webinars anteriores desde nuestra web, sobre temas de finanzas, marketing, gestión, redes, etc»
Contaste que trabajaste en la empresa de tu familia, renunciaste para emprender, no resultó como esperabas y en algún momento estabas perdida desde lo laboral, mencionaste además que esos fracasos te enseñaron más que la universidad, ¿cómo nos reponemos de los fracasos laborales?
No puedo dar recetas mágicas, ni voy a negar que es duro, sí puedo contar mi historia, y quizás eso le sirva a otra persona que transita una situación similar. Yo venía de trabajar casi 10 años en la empresa familiar (José Guma S.A), a cargo del área de MKT, y sentí la necesidad de abrirme camino por mi cuenta, por supuesto no esperaba que me fuera mal. Y eso fue lo que pasó exactamente, el emprendimiento no funcionó, los números no daban y luego de 4 años de muchísimo esfuerzo, de trabajar muy duro, que poner absolutamente todo en ese proyecto: sueños, tiempo, ahorros propios y de familiares, etc. tuve que cerrarlo. Y la verdad es que me costó dejar que pensar que la que fracasé fui yo y no el negocio. Me costaba hacer esa diferencia, pensar que fue un negocio que no funcionó, yo sentía el fracaso como propio y me sentía fracasada. Y ahí es donde debemos frenar y cambiar el “chip”, somos más que un mal negocio, y más allá de lo duro que es quedar endeudados (trabajé casi un año entero para pagar deudas). Creo que es verdad lo que dicen, fracaso es no aprender del error, recién dejé de sentirme fracasada cuando logré aprender y capitalizar los errores cometidos. Gracias a eso, hoy me dedico a asesorar y a capacitar a emprendedores en sus negocios.
¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
Actualmente me dedico 100% a la consultoría y asesoría de emprendedores y pequeñas empresas, coordino diversos programas en el Litoral de Contribuir (una ONG nacional) como un programa de Microcréditos en la ciudad de Rosario, y Mayma en Rosario y también su versión virtual, que es un programa de diseño de negocios de triple impacto. Brindo asesorías virtuales, y programas virtuales enfocados en la planificación estratégica y desarrollo comercial de los negocios. Además soy docente universitaria.
Trabajas mucho por el empoderamiento y el desarrollo de la mujer, ¿en qué proyectos estás actualmente relacionados a este tema?
Estoy enfocada en seguir haciendo crecer a Talentia, junto a un grupo increíble de mujeres extremadamente generosas y solidarias que son parte de la red. Participo además de distintos movimientos y asociaciones internacionales como WeAmericas y WED, con los cuales realizamos a lo largo del año diversas actividades que buscan empoderar a la mujer y potenciar el emprendedurismo femenino. Es fundamental para el crecimiento de nuestra sociedad, potenciar el desarrollo económico de la mujer, el verdadero empoderamiento se da cuando la mujer tiene libertad y seguridad económica, y en el caso de las emprendedoras, debemos trabajar para que sean realmente sustentables, y no una fuente de trabajo precarizada. Es fundamental profesionalizar el emprendimiento femenino.
¿Qué se necesita para emprender?
Años atrás te hubiera respondido pasión, hoy te digo que se necesita mucha cabeza, que hay que poner nuestra cabeza a funcionar, ser prácticos, y fundamentalmente conocer los números de tus negocios, si no conoces tus números no conoces tu negocio. Y tener siempre la mirada de la posibilidad, viendo oportunidades hasta en los peores momentos.
Fotos: Natalia Fabiano @natifabianophotography