Estudió, vivió y trabajó en el exterior, pero en el nombre de su marca lo dice todo, nunca se olvidó de sus raíces y hoy construye su marca en Argentina y en tan poco tiempo se perfila como una de las grandes promesas del diseño con una impronta moderna y una identidad genuina.
¿Cómo nació tu vocación por el diseño?
La vocación en el diseño comenzó desde muy chico, pero sobre todo encabezado por la arquitectura y mi interés por el arte. Luego orgánicamente fue desarrollándose mi vocación en la moda.
¿Qué te llevó a realizar tu carrera en el exterior?
Sentía que necesitaba aprender otro formato de enseñanza y experimentar vivir en el exterior. Central Saint Martins y Londres me cambió la manera de pensar y ver el mundo. No solo respecto a la educación, sino que me dio la posibilidad de relacionarme con gente de todo el mundo. Eso es una experiencia increíble que no hay nada que te lo de más que vivir fuera de tu país.
Trabajaste para importantes marcas internacionales, contanos cómo fueron esos primeros pasos.
Trabaje en varias marcas internacionales, desde chicas a los nombres más importantes de la moda. En cada una de las experiencias desarrollé distintas cosas. En Alexander McQueen estaba encargado del desarrollo de los textiles junto al equipo de la marca. La experiencia fue única porque trabajar en una de las mejores marcas inglesas e icónicas, te da la oportunidad de llegar y ver cosas inigualables.
Luego mis trabajos de freelance para Gucci fue una experiencia interesante ya que la moda italiana es totalmente distinta a la inglesa. Sucedió lo mismo cuando me mude a París a trabajar en Lanvin. Aprendí lo que es la revalidación de la tradición francesa y estaba involucrado en varias cosas, tanto en el desarrollo de textiles como también en los drapeados, moldería y la investigación de la inspiración para nuevas colecciones.
Mi experiencia en marcas pequeñas, pero súper importantes, en el mundo del new generations of designers como Craig Green también egresado de Central Saint Martins como yo, me ayudó mucho para ver el desarrollo desde cero en una infraestructura no muy grande. Estaba involucrado en todo, desde la conexión con las fábricas, los textiles, moldería y desarrollo de la investigación para próximas colecciones.
Aprendí muchísimo; lo que más me quedó además de la experiencia laboral fueron los valores como personas. Estar cerca de los más grandes me enseñó que la humildad es muy importante.
¿Qué te motivó volver a Argentina para lanzar tu propia marca?
Me pareció un desafío muy interesante, ya que armar un negocio no es solo diseñar y la dificultad de estar en un país que no tiene una economía estable me sirve para aprender a ser flexible y actuar con rapidez junto a los cambios que acontecen.
¿El nombre posee una historia? ¿Cómo surgió?
El nombre de la marca es el nombre de la estancia donde me crie en el sur de Argentina. CHIMEN AIKE fue el lugar de mi infancia y lleva junto a su nombre mis raíces, que nunca me olvido.
¿Qué te inspira a la hora de diseñar?
Me inspira todo lo que veo, ya sea arte, arquitectura, telas, etc. No tengo un régimen a la hora de diseñar. Central Saint Martins te enseña a que tomes inspiración de la vida cotidiana. Abrir bien los ojos y aprender a observar la inspiración en todos lados. Es clave.
¿Qué extrañas de trabajar para grandes marcas?
Lo que más se extraña es el acceso ilimitado a materia prima, experimentación textil, avíos y mano de obra.
¿Y de vivir en el exterior?
Lo que más extraño de vivir afuera es la exposición a países multiculturales. Las calles son una gran inspiración para mí. Y viviendo en Londres, Milán y París estás expuesto a distintas culturas, maneras de vestir y vivir.
¿Alguna anécdota que quieras compartirnos?
Como lo dije en otras entrevistas, una de las anécdotas más cómica que me pasó fue cuando trabajaba en Lanvin, en París. Me tocó pasearle el perro a una modelo porque estábamos en un fitting interminable una madrugada y sin dormir fui a recorrer la plaza cercana para que el perro se relaje.
¿Cuál es tu máximo sueño a lograr con tu marca?
Mi sueño es llevar la marca al exterior. Y poder posicionar una marca argentina en el mercado internacional actual.
Expandir la marca a otras áreas de diseño también es un gran desafío y sueño por delante.
¿Cómo te definís como persona? ¿Y diseñador?
Como persona me puedo definir como muy reservado, y leal a mis afectos. Soy una persona que disfruta del silencio y la intimidad más que de los flashes.
Como diseñador considero que hay cosas que se relacionan con mi personalidad; me gusta que mi trabajo hable por mí. Y me reconozco como alguien que no sigue un régimen a la hora de crear colecciones.
¿Cuáles son los próximos pasos a seguir con Chimen Aike?
El exterior es una gran meta. Pero establecernos en nuestro país y encontrar nuestro nicho también es un paso a seguir.
Nota: Alexandra Muraco @alexandramuraco
Mira el Fashion Editorial que hicimos con su ropa #SheIsItGirl