Históricamente, las mujeres hemos sido musas inspiradoras de muchas obras de arte que fueron desde la pintura, el teatro, la poesía, la música, la escultura y hasta numerosas fragancias y sabores.
En la Antigua Grecia, la mitología ponderaba diosas de belleza extraordinaria y cuerpos perfectamente armoniosos, como Afrodita.
Estos estereotipos de cuerpos perfectos fueron asociados a la belleza y al éxito, condenando a muchas mujeres a luchar cotidianamente con dietas, ejercicios extremos o tratamientos invasivos para alcanzar los estándares físicos que la sociedad impone.
En esta lucha por “parecer”, en ocasiones, hemos dejado de “SER”, siendo la mirada del otro, un condicionante a nuestras potencialidades.
Hoy sabemos que somos mucho más que un cuerpo, mucho más que musas!
Somos mujeres reales que nos caemos y levantamos tantas veces como sea necesario. Que vamos en busca de nuestros sueños, con todo, con poco, con nada. Que muchas veces juntamos nuestros pedacitos rotos y nos re-construimos con mayor fortaleza y aprendizaje. Que nuestros cuerpos son solo un embace que contiene un universo de posibilidades para crear, crecer y seguir inspirando a la humanidad desde un lugar más profundo y soberano que nos permite brillar a todas con luz propia.
Hoy sabemos que somos reales, no perfectas!