Muchas veces llega la noticia de un embarazo buscado o de manera inesperada y uno trata de acomodarse a la idea de ser madre. Que en estos tiempos asumir la decisión de ser mamá es un gran acto de valentía y amor, porque la mujer tiene múltiples actividades y un hijo llega a movilizarnos el cuerpo, el alma y los tiempos.
Hoy en día se ve que la maternidad cada vez se extiende más en los años de búsqueda ya que la mujer elije acomodarse en algunos otros planos para sentirse realizada y luego disfrutar al pleno el proceso de ser mamá.
No existe una edad de oro para ser mamá, de hecho un hijo puede llegar de muchas maneras, tanto de modo natural, y generarse en un embarazo o tal vez con algún tratamiento de implante o puede presentarse también desde un camino mucho más enigmático… es decir desde una adopción consciente.
El útero órgano de albergue físico le permite al bebé gestarse y desarrollarse de manera óptima hasta el día de su parto, pero hay un estado mental y espiritual mucho más importante que hace conexión con él desde el momento cero y es el corazón.
Y es así como muchas madres adoptivas han acompañado proceso de embarazos de madres biológicas con todos sus miedos, incertidumbres de que se arrepientan a último momento, han estado en sus ecografías y estudios prenatales muy atentas a su evolución y eso es casi sentir en su propio cuerpo todo el proceso.
Hay mujeres que llegan a recibir a sus hijos con problemas físicos o víctimas de violencia de todo tipo y deciden adoptarlos con el alma, y sufren simbólicamente un parto que dura más que horas, sino meses y hasta años hasta que sale una adopción definitiva.
El proceso no es fácil y son mujeres que para estar en esas instancias lo pasaron todo desde lo clínico para lograr un embarazo que nunca llego de modo natural.
Entonces en este mes de octubre… mes de la madre, es importante que te empoderes como mujer y te des un gran abrazo por traer un hijo a este mundo… sea del modo que DIOS O EL UNIVERSO TE LO COMPARTIÓ… eres bendecida por ello, ámate y ríndete plena gratitud porque solo una madre logra ocupar su corazón con una persona a la cual amará incondicionalmente para el resto de su vida y ese SER hoy te llama: MAMÁ