El antiguo “Camino Real” que bajaba desde el Alto Perú hacía Buenos Aires, dentro de la provincia de Córdoba comenzaba en el límite con Santiago del Estero y terminaba en el sur, donde continuaba su recorrido por otras provincias hasta su destino final. En el interior del territorio provincial se iniciaba en Pozo del Tigre y bajando por San Francisco del Chañar, Villa Tulumba, Sinsacate (cerca de Jesús María) llegaba hasta la capital cordobesa, para continuar hacia el sur pasando por Pilar, la ciudad ubicada a orillas del río Xanaes (Río II). A lo largo de su recorrido, se construyeron lugares que servían como descanso para los viajeros que tardaban meses a caballo, en carretas o diligencias para completar largas distancias, acondicionadas para pernoctar, alimentarse, descansar, cambiar los animales, a esos lugares se los conoció como “Postas”. Las más importantes dentro de la provincia de Córdoba fueron las de “Sinsacate”, “Villa Tulumba”, “Las Piedritas”, “Santa Cruz” y “Pozo del Tigre” entre otras, así se erigieron también numerosos altares en homenaje a la Santidad de la que eran devotos los dueños de las estancias que las mandaban a construir.
Una de esas capillas históricas es la de Pilar, ubicada a un kilómetro de la ruta 9 sur, la cual dio origen al nombre de la ciudad homónima dentro de la provincia de Córdoba. Dicho templo religioso lo mandó levantar José de Sobradiel y Gallegos entre 1714 y 1734, a la vera del camino Real.
Su rica historia comienza cuando en sus alrededores el 14 de agosto de 1819 acampó con las tropas del Ejército del Norte, pernoctando en su oratorio el General Manuel Belgrano, que se dirigía hacia Buenos Aires ya muy enfermo. Allí el 10 de septiembre de 1819 haría entrega del mando al Coronel Mayor Don Francisco Fernández de la Cruz. Belgrano que no había querido atenderse en Córdoba, debió entregar el mando forzado por su estado de salud, al despedirse de sus soldados, con emocionadas palabras les dijo “Seguid conservando el justo renombre que merecéis por vuestras virtudes” a lo que respondieron con lágrimas en sus ojos “Adiós mi General. Dios nos lo vuelva con salud y lo veamos pronto”. Luego redactó la comunicación oficial al gobernador de Córdoba Manuel Antonio Castro, explicando las razones por las que entregaba el mando a Fernández de la Cruz y como Jefe del Estado Mayor al Coronel Don Juan Bautista Bustos, el mismo que el 24 de marzo de 1820 era proclamado gobernador de Córdoba por una constituyente.
Esa Capilla del Pilar, cuya virgen traída desde Zaragoza se exhibe en la Iglesia homónima en el centro urbano de la ciudad, fue visitada también por el General José de San Martín, Santiago de Liniers, El Marqués de Sobremonte, José María Paz y Juan Francisco Quiroga entre otros. Cuenta con 134 metros cuadrados, sus muros fueron construidos de adobe y ladrillos revocados en cal, el techo es de madera de algarrobo, bovedilla y tejas españolas. Fue declarado Monumento Histórico Nacional por decreto Nº 5243/69 del PEN y está resguardada por la ley de Patrimonio Cultural de la Provincia de Córdoba Nº 5543.
La capilla en cuestión debió ser restaurada a comienzos del siglo XX y todos los 20 de junio se rinde en su predio homenaje al General Manuel Belgrano, recordando su histórica visita al lugar.