Llegamos al final del año y es casi inevitable hacer un recorrido por lo transitado, mirar un poco hacia atrás para tener una perspectiva que nos permita tomar conciencia de los avances y también de los obstáculos.
Muchas mujeres suelen ser las que organizan todo a su alrededor, son “multi task” y como consecuencia, necesitan tener el control, porque suponen que de esta manera, nada puede fallar.
Intentar controlar cada situación o resolver cada conflicto de nuestros afectos, es una tarea agotadora! Se lleva gran parte de la energía e impide hacer foco en lo importante.
¿Y si soltamos el control? Cuando nos animamos a soltar el control y nos disponemos a disfrutar de la incertidumbre, como quien disfruta de los regalos, podemos abrazar cada conflicto como una oportunidad para aprender y dejar ir aquello que ya no resuena con nosotras. En ese proceso, se puede transitar por muchos caminos, algunos mas amigables que otros, pero todos necesarios para nuestra evolución.
Este es el momento de mirar cómo hemos recorrido el año, qué tememos que dejar de controlar para poder avanzar más livianas, cómo podemos reconocer y abrazar nuestros temores.
Este es el momento de mirar hacia adelante con las energías renovadas y soltar el control para emprender nuevos vuelos, nuevos sueños.